Aspectos generales del crimen organizado


El estudio del crimen organizado es un tema recurrente en las últimas décadas, debido principalmente a la proliferación de estos grupos y a la necesidad de conocerlos y tratarlos desde punto de vista jurídico. Sin embargo, este estudio no ha estado libre de obstáculos ya que, por ejemplo, a pesar del uso común de la palabra “crimen organizado” y de la frecuencia con la que las fuerzas y cuerpos de seguridad de estado se enfrentan a este tipo de criminalidad, los académicos no han sido capaces de ponerse de acuerdo -al menos hasta épocas recientes- en la definición y conceptualización de este fenómeno. De hecho, algunos autores debaten actualmente sobre si el crimen organizado debe ser contextualizado y separado del resto de crímenes al no presentar características y condiciones que lo hagan específico.
Las definiciones de crimen organizado ha sido numerosas pero vagas, así Albanese (2000) nos indica que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos no cuenta con una definición clara sobre qué es crimen organizado, a pesar de que en este país se han desarrollado y evolucionado los principales y más conocidos grupos de crimen organizado. Un primer elemento problemático en la definición es utilizar el adjetivo de “organizado” como calificativo diferenciador de este tipo de criminalidad. En cierta forma, todo crimen tiene cierto grado de organización con lo cual, establecer los límites entre el crimen organizado y desorganizado resulta muy complicado. No obstante, aquí la palabra “organizado” no se usa tanto en su relación con el “orden” y con la tarea de colocar cada cosa en su lugar siguiendo unas reglas establecidas sino más bien en su relación con la necesidad de coordinar personas y medios adecuados para lograr algún fin. Así podemos llegar a una característica de crimen organizado que sí puede considerarse específica, la de reunión de un grupo de personas. Por tanto, hablamos de crimen organizado cuando en esa organización participan y colaboran más de una persona. Este grupo de personas se organizan en la comisión de delitos estableciendo una continuidad temporal. Su objetivo y deseo es perdurar en el tiempo.  
¿Qué es eso del crimen organizado?
La falta de concreción en una definición única de la delincuencia organizada, viene determinada por la heterogeneidad de sus acciones ilícitas y los múltiples sectores sociales, económicos o financieros en los que tejen sus redes criminales, así como por las diferentes legislaciones existentes en cada país.
  • Dificultad de obtención de datos oficiales.
  • Actividades criminales muy variadas y globalizadas, 
  • Auge académico
En 2004, el Informe presentado por Naciones Unidas “Un mundo más seguro: la responsabilidad que compartimos”, elaborado por el Grupo de alto nivel sobre las amenazas, los desafíos y el cambio, señaló a la delincuencia organizada transnacional como una de las seis mayores amenazas a la estabilidad mundial. La delincuencia organizada transnacional se ha convertido en los últimos años en un problema creciente. La ONU y varias organizaciones regionales trabajan para frenar el blanqueo de dinero, el narcotráfico, la prostitución o el tráfico de armas.
La criminalidad organizada se ha ido extendiendo y ampliando paralelamente al proceso de globalización. De acuerdo con los datos facilitados en 2012 por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el crimen organizado genera al año en torno a 870.000 millones de dólares, una cantidad que equivaldría al 1,5% del PIB mundial. La amenaza que representan las redes criminales afecta a todos los países y regiones del mundo, si bien las mafias operan fundamentalmente en lugares en donde existen unas débiles instituciones públicas o en donde hay partes del territorio nacional que escapan al control de las autoridades.

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