El sobrenombre le fue designado por la Policía Británica, debido a la película, en la cual un ladrón esconde una gema en un frasco de crema para afeitar. En Londres un anillo de diamantes robado en mayo de 2003 fue oculto de manera similar y el sobrenombre surgió.
Agencias de orden público sospechan que la red es responsable de robar más de 500 millones de dólares en un lapso de 20 años.
Esta banda opera en toda Europa, y se calcula que cuenta con 800 miembros. La mayoría son de Serbia, pero también la conforman integrantes de otros países balcánicos y del Este de Europa.
Y su campo de acción casi siempre son los robos a joyerías, en operativos muy rápidos y con la amenaza de armas de fuego.
Londres, Tokio, Dubai, Mónaco, Ginebra y Barcelona son algunos de los lugares en los han demostrado la eficacia de su método, como si su éxito fuese posible en cualquier punto del planeta. Por ello, son considerados la banda de criminales más organizada del mundo.
Estudian cada golpe al milímetro, con varios meses de preparación para que el margen de error sea el mínimo y así salir de allí impunes y con la mayor rapidez posible, apunta el Inspector Jefe de la Brigada Criminal, Yan Glassey, en el documental 'La historia de los Pink Panthers'.
Cometen los atracos disfrazados, ya sea con pelucas o trajes que les otorguen una buena apariencia. Son ladrones de guante en blanco que nunca disparan y presumen de no haber dejado heridos en ninguna de sus hazañas.
A menudo sus métodos son espectaculares. Estrellan coches de lujo para entrar en el lugar, se disfrazan de mujeres e invierten meses en vigilar sus objetivos. Huyen en helicóptero, lancha o incluso en bicicleta, detonan los coches utilizados y hasta llaman a los empleados de la joyería por sus nombres de pila, como hicieron en París. Llevan a cabo, en definitiva, atracos de película en la vida real.
Cada uno de los miembros tiene una función específica, por lo que todos dependen de todos. Sin embargo, las jerarquías no acaban de estar claras debido a la ausencia de jefes visibles.
Los Pink Panthers son, en cierto modo, una secuela más de la guerra de los Balcanes.
Nacieron en el seno de la antigua Yugoslavia, sobre todo en
Montenegro. Fueron testigos de la muerte del ex-presidente de su país,
Josip Broz Tito, más conocido como Tito, de su desintegración y de una
guerra que acabaría con todo. De hecho, gran parte de ellos combatieron
en la Guerra de los Balcanes.
Con la guerra, se sembró el caos, la delincuencia y la pobreza en las calles.
A finales de 1994 el régimen del último presidente del país, Slobodan Milosevic, ya estaba en su máximo apogeo y la decadencia social
también. La escasez de empleo propició el auge del crimen y el contrabando.
De hecho, fue este mismo instinto de supervivencia el que condujo a
gran parte de la población a huir hacia el resto de Europa, entre los
cuales se encontraban la mayoría de criminales. Fue en ese caldo de
cultivo en el que se gestó el germen de los Pink Panthers.
A lo largo de los noventa, muchos de ellos
estaban motivados por hacerse con parte de la riqueza de Occidente y por
el deseo de venganza que habían suscitado los bombardeos de la OTAN y
las sanciones económicas. Para enriquecerse eligieron un objetivo distinto al resto de bandas procedentes de los Balcanes: las joyas y los diamantes. Lo que les atrajo, más allá de su valor, fue su fácil manejo y ocultación y la escasa seguridad a la que están expuestos.
Inicialmente, sus golpes fueron posibles gracias a la información
procedente de Amberes, Países Bajos, y a su contacto con comerciantes de
diamantes judíos. Pero con el tiempo se expandieron
y generaron su propia red de información a través de personas que
viajaban por todo el mundo, abriéndoles camino para abistar nuevos
objetivos.
Su formación militar les hizo disciplinados y calculadores, expertos en armas e inmunes a la cultura violenta
que emplearían en los atracos, en el caso de ser necesario. El contexto
de su nacimiento les hizo aprender que el trabajo honrado no les
llevaría demasiado lejos, sino que aprendieron a vivir de la trampa, del
ingenio y de ser más listos que el resto. Y estas son las facultades
que han forjado su carácter, el que hoy les ha convertido en una banda
de atracadores única en el mundo.
Cronología Criminal
Londres, 2003Este robo dio nombre a la banda. Un hombre entró en la tienda de Graff en New Bond Street haciéndose pasar por un cliente, preguntó si podía ver algunas joyas y después sacó una pistola. Entonces entró un cómplice y entre los dos cogieron 46 piezas de joyería con un valor de unos 30 millones de dólares. Cuando Scotland Yard investigaba el crimen, un detective encontró un anillo de diamante azul de Graff escondido en un bote de crema facial en la casa de uno de los ladrones, imitando una de las escenas de la película de 1975, El retorno de la Pantera Rosa.
Tokyo, 2004
En el mayor atraco de joyas en la historia de Japón, unos hombres armados robaron el famoso collar Comtesse de Vendôme, con 116 diamantes de 125 quilates, valorado en 30 millones de dólares. En menos de un minuto, entraron en la tienda, desactivaron el sistema de seguridad, rompieron la vitrina y huyeron con el collar.
Dubai, 2007
Dos coches Audi rompieron las paredes de cristal del Wafi Mall y condujeron hasta la tienda de Graff, donde rompieron las puertas. Dos hombres corrieron armados con pistolas hasta la tienda. 170 segundos después, volvieron a sus coches con 3 millones de joyas robadas y huyeron.
París, 2008
En una escena digna de una palpitante película de gánsteres, cuatro hombres armados -dos de ellos, disfrazados de mujer- asaltaron Harry Winston, una de las joyerías más lujosas de París, a metros de Champs-Elysées, y sin disparar un solo tiro, se llevaron joyas y piedras preciosas por valor de 80 millones de euros (algo más de 100 millones de dólares).
Londres, 2009
Dos hombres alteraron su apariencia usando prótesis y entraron en la tienda de Graff en New Bond Street haciéndose pasar por clientes (¡una vez más!). Sacaron sus pistolas, forzaron a los dependientes a abrir las cajas y salieron con 43 piezas de joyería valoradas en 50 millones de dólares. Hasta el momento, es el mayor robo de joyas de la historia de Reino Unido.
Cannes, 2013
Un ladrón armado asaltó el salón privado del Hotel Carlton, donde se encontraba el multimillonario israelí Lev Leviev con su colección de joyas. En menos de 30 segundos se hicieron con 72 piezas, con un valor de 100 millones de dólares. Es el mayor robo que nunca se ha hecho en Francia, y probablemente en el mundo.
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