La revolución de la ropa inteligente




Lropa no es solo para abrigarte o cubrirte, sino que también tiene un rol estético y, desde hace algunos años, tecnológico, a través de los llamados gadgets de vestir. El vestuario tech ya es parte de las pasarelas y nosotros queremos contarte acerca de diseñadores y proyectos que, mediante el uso de la tecnología.
Además, la alianza entre Google y Levi's para comercializar una chaqueta inteligente (una cazadora vaquera cuya manga sirve como mando para controlar un smartphone.) puede incentivar a otras marcas de ropa y complementos a adoptar tecnología en sus prendas, pero todavía se encuentra en una fase muy incipiente.


Camisetas con temperatura graduable para ciclistas, guantes conectados a baterías o prendas que controlan constantes vitales. Son apenas algunos ejemplos de cómo la ropa inteligente o con tecnología incorporada promete mejorar nuestra calidad de vida y revolucionar la forma en que nos vestimos.
Es un nuevo campo dentro de la tecnología ponible o wearable (por su término original en inglés o porque es más "cool") que promete superar al de las pulseras de actividad y accesorios.
De hecho, la ropa inteligente lleva ya unos años con nosotros, sobre todo con aplicaciones relacionadas con el ejercicio físico y la salud. Comenzaron Adidas y Nike comercializando sensores adosables a las prendas, después otras marcas les siguieron integrando el dispositivo en la ropa, y finalmente, en esta última generación, la prenda es el sensor, gracias al uso de electrodos textiles o polímeros conductores que se tejen en la tela.
Cientifica, una consultoría especializada en textiles inteligentes, wearables y nanotecnología, espera que este sector, que en 2016 facturó unos 16 millones de euros, alcance en 2025 un volumen de negocio superior a los 104 millones de euros.
Pero el principal obstáculo a la hora de adquirir ropa inteligente es el precio: la chaqueta de Google cuesta 286 euros y la de Tommy Hilfiger, 480 euros. Esto se debe a que las prendas están fabricadas con materiales conductivos, que son muy caros, y de momento tienen un ciclo de 100 lavados.

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Una de las barreras para que la ropa inteligente triunfe es que hay una falta de formación del mundo de la moda hacia la tecnología. Otra de las limitaciones en el caso de algunas prendas es la duración de la batería.
En el ámbito laboral hay, por ejemplo, chalecos que permiten medir si un empleado se ha caído o con sensores de gases tóxicos o guantes que permiten identificar piezas. Mientras tanto, en el sector de la salud hay desde prendas que tratan de detectar convulsiones epilépticas a sujetadores que intentan detectar un tumor maligno en el pecho. Pero principalmente se utiliza para monitorizar constantes vitales como el ritmo cardíaco, la respiración o la temperatura.
Documental sobre el futuro de la industria textil.




Ropa iluminada

Que los nuevos productos estén disponibles depende del interés de la industria de llevarlos al mercado. En el caso del maillot, por ejemplo, la empresa que dio la “tracción final” fue Confortec Sport. Pero muchas otros dispositivos ya son prototipos probados.
El centro tecnológico de Cataluña es pionero en el mundo en tecnología electroluminiscente, que permite iluminar ropa y objetos flexibles sin que sea necesario enfocarla con luz como sucede con los reflectantes actuales, lo que tiene múltiples aplicaciones en el campo de la seguridad nocturna, por ejemplo.
La luz “impresa” es resultado de la impresión de tintas funcionales sobre sustratos flexibles que, colocadas de forma estratégica, al hacer pasar una corriente eléctrica por ellas, tienen la capacidad de convertir la energía eléctrica en luz, un fenómeno conocido como electroluminiscencia. Entre los sustratos flexibles están el algodón, poliéster, el PVC o el nylon, entre otros.

Guantes y plantillas

Otro de los productos que desarrolla Eurecat es el guante calefactable. En su interior, estos guantes tienen un bordado flexible realizado de múltiples fibras con capacidad de conducir electricidad y que conectado a una batería portátil es capaz de liberar calor cuando se enciende.
La camiseta para el control de constantes vitales, también desarrollada por el centro, incorpora sensores capaces de captar, medir y comunicar en tiempo real señales como la frecuencia cardíaca y respiratoria o la temperatura corporal.
Las constantes vitales pueden leerse en forma instantánea desde un ordenador o cualquier dispositivo móvil. Y la plantilla para prevenir caídas, que está siendo desarrollada principalmente para personas mayores, se coloca dentro del zapato para monitorizar el modo de andar.
Gracias a un sistema wireless (inalámbrico) y chips integrados en la plantilla, los datos captados por el movimiento del pie se envían a un dispositivo móvil o a un ordenador para que el médico, el cuidador o el enfermero puedan seguir la evolución del paciente.

Ropa interactiva

La mayoría de los wearables actuales se centran en la monitorización y en la comunicación de la información mediante pantallas, sonido o luz.
Veremos un futuro de la ropa del día a día más personal, interactiva y sobre todo sostenible, fuera de los modelos de negocio de producción en masa actual.
El avance tecnológico hará que en unos años se puedan integrar múltiples funciones en los textiles inteligentes. Esto permitirá cambiar la manera de entender la ropa, cómo nos vestimos y cómo la compramos (aunque esto último ya está cambiando).
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