Internet de las cosas para hackear


Dependiendo del foco con que se mire, a innovación y posibilidades que promete la era del Internet de las Cosas (Internet of Things IoT), en la que los objetos electrónicos comunes mutan en nuevas formas gracias a su conectividad, tiene doble cara. Su cara  más siniestra en términos de seguridad informática y que anticipa, si no se remedia, un mundo totalmente hackeable.
En mi post "Todo puede ser pirateado" ya comencé a hablar de este tema.
Pero sigamos con lo que estábamos.

Puede pensarse que es una exageración, pero teniendo en cuenta que estamos en una sociedad hiperconectada, esto está generando ciertos problemas que habrá que resolver o, al menos, poner de relieve. Las redes creadas bajo esta idea serán algunas de las más grandes que en el mundo se hayan visto jamás, sin embargo, las harán enormemente atractivas para los piratas informáticos. Pese a todo, los expertos creen que las amenazas para la seguridad de estos dispositivos no son tan diferentes de las de otros entornos, como los que se viven en la actualidad.

Chema Alonso, experto en seguridad informática y director general de la firma ElevenPaths, filial de Telefónica, indica que las amenazas con respecto al robo de identidad siguen estando muy vigentes, si bien ahora se extienden también a la identificación de uno mismo entre dispositivos. 

La operadora española ha presentado recientemente un informe titulado Alcance, Escala y Riesgo sin Precedentes en el que se abordan algunos de los problemas derivados del Internet de las Cosas. 
Los expertos creen que los dispositivos electrónicos tienen recursos limitados, pero sin embargo no debería ponerse en juego la seguridad.  Se trata de un reto pendiente de resolver. Por tanto, es fundamental actuar desde el primer instante, implementando dispositivos en los que la seguridad sea de suma importancia.

Pero todo esto irá más según las previsiones. Las cuales apuntan a que en cinco años habrá más de 50.000 millones de aparatos conectados a internet. A corto plazo, según los datos de la firma de análisis de mercado Gartner, este 2016 se llegará a más de 6.400 millones de dispositivos. Indudablemente, el negocio que girará alrededor del Internet de las Cosas será un caramelo para las empresas. Se cree que, además, generará 12.000 millones de euros solo en Europa de aquí a 2020, lo que brinda a su vez una oportunidad para implantar nuevos sensores y tecnologías de gran consumo en el hogar.


Mayor complejidad

Con este nuevo escenario, que cada vez se va abriendo camino gracias a los últimos ingenios tecnológicos, la aplicación de las normas vigentes en Protección de Datos y la creación de normas nuevas ha tropezado con un ritmo frenético de innovación. Las empresas necesitan salvaguardar su propiedad intelectual a medida que fabrican y venden cosas que nadie más puede hacer. Lo irónico es que con el fin de aprovechar las ventajas de los dispositivos y servicios de IoT, el hardware y software deben ser abiertos e interoperables. La seguridad en el dispositivo, la aplicación y las capas de red es fundamental. Pero a medida que se incrementa el ritmo de aprobación, también lo hacen la complejidad, la variedad de implementación y la oportunidad de los ataques maliciosos o errores involuntarios.
Cada vez son más los casos en los que existen ataques dirigidos a aparatos conectados. Los ha habido a neveras inteligentes, cámaras de vigilancia. Recientemente, se registraba la infracción de la seguridad en 1.4 millones de Jeeps Chrysler que podían actualizarse mediante una transmisión aérea y controlarse de forma remota por un pirata informático. A juicio de los expertos, estas situaciones demuestran los problemas potenciales que existen al conectar dispositivos IoT a las redes.
En el informe Inteligencia DDOS relativo al último trimestre de 2015, la firma de seguridad Kaspersky recoge que los cibercriminales lanzaron sus ataques en sesenta y nueve países, registrándose el ataque que más tiempo ha durado (371 horas). En un futuro próximo veremos un nuevo aumento de su potencia, así como la aparición de redes de bots compuestas por nuevos tipos de dispositivos vulnerables, relatan fuentes de la empresa.

Recogida masiva de datos

Mar España, directora de la Agencia Española de Protección de Datos, reconoce que "Consideramos que el uso de las nuevas tecnologías puede ser positivo, pero eso debe ir acompañado, sobre todo en estos desarrollos que tienen un impacto masivo en la recogida de datos, para que el ciudadano pueda saber qué datos está recogiendo de él y para qué finalidad".

La Agencia Española de Protección de Datos pondrá en marcha en este año un departamento de investigación que analizará las consecuencias de estos aparatos electrónicos. Para ello, trabajará conjuntamente con universidades y empresas del sector de la tecnología para sentar las bases de una posible nueva regulación.  El que una empresa desde el minuto uno va a producir un servicio o producto puede incorporar el tema de prevención de datos va a ser una garantía de competitividad y confianza para los propios clientes.

En este documental, se aborda el tema de Internet de las Cosas, o cómo cada vez más dispositivos están conectados a Internet.


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