Seguridad informática y bancos


Dos tercios de las entidades financieras han sufrido al menos un ataque informático serio durante este año, como se demuestra en un estudio publicado por MetricStream Research.
Los mayores riesgos para la seguridad en este sector proceden de la banca móvil o en línea y de las gestiones que se llevan a cabo en la nube. Por esta razón, los ciberdelincuentes tienen más rutas potenciales para romper las defensas de las instituciones.
La pérdida del móvil o la tablet; el  clonar la página web de una institución financiera para obtener la clave y otra información del usuario, y el malware, que son los programas fabricados para invadir el aparato móvil y tener acceso, son algunos riesgos mayores para la banca móvil.
Estos factores obligan a las instituciones a contar con sólidos mecanismos de detección y gestión de peligros. Igualmente tienen que disponer de estrategias para responder rápidamente y recuperarse de los ciberataques. 
Esta circunstancia es especialmente grave porque, en la actualidad, casi la mitad de estos intentos se desarrollan a través de los propios empleados. Sin embargo, todavía una de cada diez entidades no ha incorporado este extremo a su programa de gestión de riesgos empresariales. Un 70% de las organizaciones sondeadas reconoce que, para esta tarea, contrata los servicios de expertos. Ellas solas difícilmente podrían ser eficientes contra los piratas informáticos.
Uno de los últimos afectados ha sido el Banco Central ruso, de donde fueron robados hace unas semanas unos 30 millones de euros falsificando las credenciales de clientes
Los usuarios de los bancos aún prefieren llevar a cabo personalmente las gestiones financieras que consideran más relevantes o arriesgadas porque no confían lo suficiente en los servicios online.


Los dos principales motivos por los que los usuarios cambian de banco es porque el trato que reciben no es el adecuado y porque no están de acuerdo con las cuotas o comisiones que se les cobran. La opinión predominante en este negocio dicta que es vital entender las “experiencias” e “interacciones” con estas personas, tanto presencialmente como en la red, una vía que, a pesar de todo, no deja de crecer a escala internacional.

Bibliografía

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