Caída del WhatsApp


El servicio de WhatsApp dejó de funcionar el viernes, durante una hora, y afectó a medio mundo.
Cuando oí esta noticia, no sé si me dió por reir o por llorar. Lo mejor de todo, que ni me enteré. Y eso que tengo bastante adicción al WhatsApp. Eso sí, lo que más me indigna que esto aparezca en la primera plana de muchos periódicos como si fuera una catástrofe.Pero vayamos a la noticia en sí.

WhatsApp tiene más de mil millones de usuarios activos y es una de las aplicaciones móviles y web más populares de Internet.El problema afectó concretamente al envío de mensajes, lo que visualmente se representa en los chats a través del icono del reloj que informa de que los mensajes no son enviados, y que a menudo se asocia con problemas de conexión por parte del emisor.
Por regiones, Europa y el Sudeste Asiático son los territorios que han registrado un mayor número de casos.  
Pero si vamos al fondo del problema. 
Los fallos en este tipo de servicios son más normales de lo que uno pueda imaginar y se deben a todo tipo de problemas.
Un crecimiento mucho más veloz de lo planificado en la tecnología tiene gran parte de la culpa, pero hay infinidad de factores que afectan a las empresas 'online'. De fallos técnicos a errores humanos, pasando por catástrofes naturales. La mayoría de las veces la cuestión no radica en evitar los omnipresentes errores, sino en ser ágil remediándolos y minimizando el impacto de éstos.
La aplicación de el bocadillo verde no es la única que sufre este tipo de problemas sino que todos los gigantes de la red internet tienen que lidiar continuamente con fallos de este tipo. Aquí van algunos ejemplos de fallos clamorosos.
  • Amazon. En marzo de 2017 un error humano al teclear dio al traste con una buena parte de la capacidad de los servidores, lo que se tradujo en horas de caída, decenas de miles usuarios cabreados y cientos de potenciales matches de Tinder perdidos (y corazones rotos). Todo un drama digital.
  • Renfe. Cada 25 de mes la web se colapsa por la cantidad de gente que quiere hacerse con la promoción de billetes que ofrece la compañía. Esto provoca continuamente fallos, retrasos y, claro, el enfado de todos los usuarios.
Las solucione pasan por tener todo por duplicado, mejorar el equipo técnico, cuidar el caché y apostar por servicios como las CDNs. Aunque, como confiesa, no hay una solución definitiva a día de hoy. Así que paciencia y a esperar a que el problema se resuelva.
Facebook, Google, Twitter, WhatsApp.... Todos volverán a fallar inevitablemente puesto que el error, al menos por el momento, viene implícito a la tecnología. No pasa nada. Hemos sobrevivido miles de años sin internet. El mundo no terminará por dos horas sin chistes por Whatsapp.

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