Ayer la reconocida marca de periféricos para videojuegos Razer anunció su primer teléfono inteligente, el Razer Phone.
Sus especificaciones son:
- Pantalla LCD de 5.72 pulgadas a resolución QHD con una taza de refresco de 120 Hz
- Procesador Qualcomm Snapdragon 835
- 8 GB de RAM
- 64 GB de almacenamiento ampliable vía microSD
- Android Nougat 7.1.1
- Cámara doble, ambas de 12 megapixeles, una normal con apertura de f/1.75, la otra teleobjetivo con apertura de f/2.6
- Cámara frontal de 8 megapixeles a f/2.0
- Batería de 4000 mAh con Quick Charge 4.0+
- Parlantes frontales estéreo con Dolby Atmos
Estamos ante un terminal con una generosa pantalla de 5,72 pulgadas,
pero más allá de las dimensiones del espléndido display, el verdadero
factor diferencial del dispositivo se encuentra en su capacidad de
refresco de 120 Hz, el gran talón de Aquiles de los móviles en lo que
toca a los juegos. Este músculo permite que no haya retardos en las
imágenes en los juegos y todo vaya fluidamente; como si se tratara de
una consola, en fin.
Razer ha ideado el chasis del dispositivo para que pueda sujetarse sin
problemas durante el juego sin tocar la pantalla y lo que resulta más
importante, sin tapar los altavoces, ubicados en la parte delantera para
ofrecer una mejor experiencia.
De ahí su promesa: ser un smartphone para “gamers”.
Este es un teléfono agresivo, con fuertes bordes justificados
porque ahí se alojan dos parlantes frontales estéreo con Dolby Atmos y
perfiles de sonido personalizables. No, no tiene puerto de audífonos
pero el adaptador USB-C incluido en la caja tiene un DAC de audio
dedicado. Inteligente decisión.
El fabricante sabe bien lo que hace y a qué público va dirigido el
terminal, una especialización que hoy en día se valora y agradece. Tanta
potencia y solidez tienen un precio de 749 euros y los más aficionados a
los videojuegos podrán encargarlo a finales de año, justo a tiempo para
la golosa campaña navideña.
Aquí os dejo el vídeo de presentación del Razer phone para ir haciendo boca:
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