Supersticiones que matan



La situación de los africanos con albinismo en el continente negro es estremecedora. Los despectivamente llamados fantasmas negros de piel blanca son considerados poseedores de la mala suerte o brujos por justo lo contrario.

Además del estigma de la asociación genética, en muchas comunidades existe la creencia de que el albinismo ha sido impuesto a la familia como una forma de castigo, por lo que el aislamiento, los nulos recursos económicos para atender las secuelas de su desorden genético, unido a las creencias y prejuicios populares que les estigmatizan, los han convertido en los africanos blancos con un SOS grabado en la piel.

Detrás de la escalada de ataques contra los albinos registrada en países africanos durante las dos últimas décadas hay "gente poderosa y con dinero", como políticos o empresarios, ha asegurado la experta independiente de la ONU para los derechos de las personas con albinismo, Ikponwosa Ero.

Como casi siempre en el continente negro, gran parte del problema viene de la imposibilidad de acceder a la educación y a la ciencia de la mayoría de la población. Tanzania es el país del África subsahariana donde mayor porcentaje de la población, se estima que un 60%, cree en la superchería y en rituales como los sacrificios animales.


Las consecuencias para sus epidermis indefensas son devastadoras. Los datos hablan por sí solos: el 100% de los albinos de Tanzania presenta queratosis actínica, una lesión premaligna, antes de los 20 años, así como otros tumores cutáneos potencialmente mortales como carcinomas basocelulares y espinocelulares. El resultado es que, mientras en Tanzania la esperanza de vida ronda los 61 años, según el Banco Mundial, menos del 10% de los albinos consigue traspasar la barrera de los 30.

Además, desde 2006 se les ha unido otra espeluznante realidad extendida por hechiceros desde Tanzania hacia toda el África negra: la creencia de que comerse a un albino puede traer suerte, lo que ha originado mafias que asesinan y mutilan a estas personas para hacer pócimas.
Según informes de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, entre 2000 y 2016, se han producido al menos 505 ataques de distinta naturaleza en los que han muerto 187 personas, sobre todo en Tanzania (76 asesinatos), Burundi (21) y la República Democrática del Congo (14).
La mayoría de los ataques se producen en Tanzania, especialmente en la Región del Kilimanjaro y Lago Victoria.

Tan solo cuatro casos han sido juzgados en aquel país, por lo cual la sensación de impunidad ha sido casi total durante años. Gracias a la presión de ongs como la canadiense Under The Same Sun, la situación empieza a cambiar. Desde 2011 los asesinatos se han reducido ya que, para evitar penas muy elevadas, los perpetradores tienden a mutilar sus extremidades y dejar con vida a sus víctimas, que la mayoría de las veces son niños.


Estos ataques se producen por dirigentes que aspiran a ganar elecciones o magnates que buscan aumentar su fortuna personal tienen recursos suficientes para pagar los "miles de dólares" que cuesta adquirir miembros mutilados de albinos, a los que se atribuyen poderes mágicos.

El apelativo de fantasmas no es casual; una gran parte de la población tanzana cree que cuando un zeru zeru muere, su cadáver se desvanece como si nunca hubiese pertenecido a este mundo. Se estima que en el mercado negro un set completo de las partes del cuerpo de un albino llega a costar unos 75.000 dólares. Las partes más valoradas son las extremidades, el corazón, la sangre, la nariz, las orejas y los genitales. Los niños son, por su pureza, la pieza más codiciada ya que según los brujos locales, los hechizos son más efectivos.




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Aquí os dejo unos documentales, decir, que son bastante duros, pero espero que sirvan para concienciar:


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