Sectas en España


2022 podría calificarse en España como el año de las sectas. Desde el 1 de enero se han registrado varios incidentes protagonizados por comunidades cerradas, que promueven o aparentan promover fines de carácter espiritual, en las que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos.

Citar un número exacto de sectas y adeptos en el país es casi imposible debido a cómo operan este tipo de grupos y a la falta de legislación específica. Pero se estima que hay alrededor de 200 - 250 grupos o sectas con miles de seguidores. La mayoría de las sectas son oscuras y herméticas. Pero cuidado, también las hay bajo la apariencia de grupos ecológicos, religiosos o de terapia sexual, muchos relacionados con el yoga o las sanaciones mediante pseudoterapias. Otras se esconden ofreciendo supuestas técnicas de coaching y autoayuda para buscar el éxito. Todas ellas tienen unos objetivos claros: sexo, poder, dinero o control.

Los estudios indirectos poblacionales estiman, a la baja, que casi un 1% de población se ve afectada. Esto se traduce en, al menos, 400.000 personas.

Los psicólogos expertos en sectas tienen claro que salir de uno de estos grupos cuesta mucho por el estigma y por las secuelas; lo que vive un exadepto a la salida es estrés postraumático. Tienen muchas vivencias que coinciden con la imagen que tenemos de los veteranos de guerra, con flashbacks o estados de pánico.

Lo que sí parece claro es que sus estrategias han cambiado y ahora aprovechan los recursos digitales para maximizar la captación de adeptos y llevar a cabo los propios delitos que menciona la Policía.

Bots, inversión en creación de sitios web o rastreo y bloqueo de informaciones críticas. Estas son algunas de las herramientas digitales de las que se valen las sectas digitales o sectas 3.0 en España, que utilizan las nuevas tecnologías para captar adeptos. 



¿Qué es una secta?

Según la RAE:

1.  Doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera ortodoxo. Rechazan que una secta se equipare a una religión.

2.  Conjunto de seguidores de una secta. La secta de los esenios.

3. Comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de carácter espiritual, en la que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos.

Se consideraba una secta a un grupo de individuos unidos por un sistema de creencias generalmente minoritario y escindido de la doctrina general.

En su origen se utilizaba el concepto de secta para denominar a las interpretaciones alternativas a la doctrina oficial católica, pero en la actualidad el término agrupa aquellos grupos cuyas creencias religiosas o filosóficas suponen un peligro para la comunidad. Su rasgo principal es el hermetismo, la persuasión y el aislamiento del individuo.

De hecho, las víctimas potenciales de las sectas son personas que atraviesan por un período de crisis emocional, dificultad económica, crisis afectiva y estado de ánimo depresivo. Estos sujetos son fácilmente manipulables y encuentran en el grupo la el consuelo y la ayuda que necesitan. Se inicia entonces el proceso de lavado de cerebro.

Pero hay que tener en cuenta, que uno no entra así como así en la secta, si no que es invitado a entrar. Todo ello utilizando meticulosas técnicas de persuasión, creando un proceso paralelo de creación de vínculos de afinidad y dependencia respecto del grupo, y de ruptura de los lazos con la familia y el resto de la sociedad. Los principales reclamos suelen ser un nuevo y atractivo sistema de valores y creencias, y la existencia de un líder supremo autoproclamado.   




Ola postpandemia

Los meses de pandemia, con la sensación de apocalipsis, el aislamiento, la soledad, las incógnitas sobre el sistema sanitario convencional y la pantalla del ordenador tantas horas diarias iluminada constituyen el mejor cóctel de las últimas décadas para la creación o el fortalecimiento de los grupos sectarios.

La pandemia nos ha hecho pasar muchas más horas ante una pantalla y debemos observar con espíritu crítico ciertas promesas de milagro contra nuestro malestar.

En épocas de vulnerabilidad como esta crece la actividad de estos grupos, pero los procesos de desmantelamiento son lentos y se dan cuando las víctimas se percatan de dónde están y se atreven a dar el paso de salir y, aun más, de denunciar.

Los expertos coinciden en que la pandemia ha supuesto un antes y un después en materia de grupos sectarios. El confinamiento y las restricciones han llevado a mucha gente a buscar nuevos entornos de vida. El abandono de la ciudad para buscar el retiro en parajes rurales y apartados de la sociedad han facilitado el incremento de gurús y entidades que proponen retiros espirituales, filosofías de vida que retrotraen a épocas pretéritas y planteamientos más próximos a la naturaleza.

Según Miguel Perlado, psicólogo clínico experto en sectas, "se ha dado un cambio desde entonces. Estas nuevas sectas están volcadas en el ámbito parasanitario, de los sanadores y las pseudoterapias. Van derivando hacia un discurso más verde por decirlo de algún modo. Están más orientados a entornos naturales y esto se ha visto reforzado por el encierro de la pandemia".

Esta situación atípica y sus problemas derivados ha hecho que a mucha gente le dé por "buscar soluciones relámpago para solucionar problemas personales o laborales. Eso nos puede llevar a no ser críticos ni racionales con las ofertas que se nos presentan y caer en brazos de grupos sin escrúpulos que buscan satisfacer intereses propios de tipo económico, de poder u de otro tipo. Digamos que los milagros ocurren en contadas ocasiones y, desde luego, no se consiguen pagando ni están al alcance de cualquiera", cuentan desde la Policía Nacional.


Los adolescentes fascinados por las sectas

La adolescencia está considerada la franja de edad en la que hay un mayor riesgo de formar parte de una secta. El experto explica que aunque se consideran nativos digitales, no llegan a ser conscientes de estos peligros, por lo que es necesario acompañarlos en el uso de las tecnologías y ayudar a poner límites sin llegar a controlarlos. 

La juventud se siente atraída por las sectas porque encuentra en ellas muchos de los elementos que hoy más fascinan a las nuevas generaciones. Un 73,5% cree en la astrología; un 54%, en los ovnis; un 46%, en los curanderos, y un 31,1%, en los medios espiritistas. Nada menos que un 23% cree en las mismas sectas, mientras que sólo un 13% confiesa tener interés por la política. Solamente un 53% afirma no haber tenido ningún contacto con una secta. Según el informe elaborado para la Comisión Interministerial de la Juventud, los jóvenes españoles, defraudados por la religión oficial y por los movimientos políticos y sociales, suelen buscar en las sectas «un sentido a la vida y a la muerte», y de ahí su interés "por lo esotérico, místico y trascendente» al mismo tiempo que por los aspectos asociativos".

Sin embargo, también hay perfiles de riesgo en adultos que tienen que ver con personas en situaciones vitales complejas, duelos, separaciones, soledad o vulnerabilidad. El experto señala un tercer grupo, que serían aquellos individuos con trastornos de personalidad.


Aquí os dejo varios documentales sobre sectas.








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